Sin embargo amigo lector, antes de que tome un avión y salga "volando" de shopping a este pacífico pueblo de agradables playas, le debo indicar que la afirmación corresponde al año 1957.
Este marino mercante en situación de retiro, nos visitó por motivos de trabajo en un viaje de mil peripecias que incluyó el cruzar el estrecho de Magallanes sin más instrumentos que los de la época, es decir, sin GPS, cartas computarizadas y demás yerbas.
Su estadía fue brevísima, pero cosas de la vida, gracias a ese viaje tenemos la visión del pueblo por aquellos años.
Si bien el argentino no encontró en venta el tesoro perdido de los Incas, sí pudo adquirir una pulsera de oro y plata que ahora es conservada con cariño por su esposa debido a los recuerdos y anécdotas que encierra la compra de dicha joya.
Si alguien puede aportar más sobre el tema (familia que vendía joyas, historias relacionadas, etc) lo invitamos a dejar sus comentarios.
Aquí la crónica
Aquí la Foto de la Joya comprada por el argentino Julio Reyes Fuentes.
